Ambiciones insatisfechas


Quienes pateamos el mundo con frecuencia, sentimos a veces la necesidad de darlo todo, de sentirlo todo, de vivirlo todo -incluso de sufrirlo todo-. Preferimos gastarnos antes que irnos sin haber probado todo lo que podíamos haber probado. Somos ambiciosos, hasta para divertirnos y sobre todo, en cómo nos relacionamos.

Muchos no entienden este espíritu de curiosidad que hace que nos movamos constantemente y la gran mayoría cree que eso es sinónimo de soledad, de no poder conectar, de no poder construir nada. Nos construimos por dentro, nos fortificamos de tal forma que resistimos mucho, intentando imitar a esas ruinas de los sitios que vemos cuando recorremos el mundo. Tenemos facilidad para construir y re-construir.

Si no existe la persona capaz de tener ese mismo sueño, es mejor recorrer el mundo consigo mismo. Si el compañero de viaje no va en nuestra misma dirección, se cambia el compañero pero jamás el sueño.

Uno es fiel a las pasiones propias, a ésas que no dependen de quienes, por normal general, nos van a aburrir, a decepcionar, a cansar.

Foto: "There is no limit to my ambition" - Graffiti en Beirut, Líbano.


El Apátrida de Max Ernst


Al principio de la Segunda Guerra Mundial, Ernst, que estaba viviendo como exiliado en Francia, fue encarcelado como un "extranjero hostil" en el campo de internamiento Les Milles, cerca de Aix-en-Provence.

Varias veces trató de escapar.

En la imagen, traducida como El Apátrida, utiliza archivadores de hierro, las típicas herramientas de quienes escapan.

En una amarga ironía, Ernst las presenta como herramientas de escritura (las típicas armas de los intelectuales), que interpretan un baile macabro.

I'm missing every part...

Hay noches como la de hoy en las que estoy inquieta y no puedo dormir.

2:36am y llevo demasiados días sin ver el mar. De mañana no pasa. Necesito respirar aire limpio, aire mediterráneo que traiga los olores de otros lugares que están moviéndose, que están cambiando, que me recuerden que esto no es más que otro simple refugio, temporal y perecedero. Porque lo que realmente me interesa está ahí fuera y me atrae tanto como me asusta, pero al final siempre me ha podido la curiosidad. Es lo que me ha llevado a atravesar muchas fronteras y a darme cuenta con cada una de ellas, que me quedan tantas por atravesar.

Tengo ganas de dejarme llevar, de olvidarme de todo lo que hace meses me rodea como si fuese una telaraña. Tengo ganas de desperezarme de este largo invierno de hibernación que he tenido. Ha sido suficiente. El cuerpo me pide moverse y lo noto incluso en el tipo de alimentación que me exige; de repente me veo comiendo frutas, sabores de otras tierras, condimentando mis sosas comidas europeas de crisis ficticia/real con especias e ingredientes de tierras que viven en perpetua crisis, en perpetuo caos, en movimiento.

Demasiado anquilosada la vieja Europa como para atraer a cualquiera, algunos de sus ciudadanos se han vuelto sumamente fríos, calculadores, egoístas y lo peor, altaneros. No conformes con mirar sólo por ellos te recuerdan la carga que supones, la que lías, la que montas. Porque algunas personas no servimos para estar inmóviles y lo bueno de este refugio es que me estoy comiendo letras a mordiscos, preparándome para salir ahí fuera. Se nota, sobre todo cuando sales y te rodeas de gente que aún no ha visto las rejas de sus propias cárceles.

Yo no nací para estar quieta. Yo nací con 2 piernas para recorrer este mundo y hay quien dice por ahí que no salgo mucho, que estoy mucho en casa, que estoy hibernando. No salgo porque lo que realmente me interesa, no está en esta orilla del mar.

Con todos mis respetos a esta gran ciudad que quizás en otro momento, me interese mucho más...

Foto: Extraída del video de Massive Attack de Unfinished Sympathy.

Niños en conflictos armados


La guerra del terror o como quieran llamarla, está cambiando la naturaleza y las prácticas de guerra. Los niños están siendo reclutados y detenidos durante largos períodos en Afganistán, por ejemplo, por parte de las fuerzas de seguridad del país. Algunos menores de edad son juzgados ante tribunales militares.

Los niños palestinos sufren los abusos de las autoridades israelíes, por considerárseles asociados a grupos armados o por tirar piedras. El dilema es, ¿tratamos a los niños como víctimas o como perpetradores?

Los niños son atraídos ideológicamente durante la guerra y sus oportunidades de supervivencia escasean. Los líderes políticos y los comandantes militares son los responsables de estos abusos. Los niños deberían, por tanto, ser tratados como víctimas y no como perpetradores. ¿Y qué pasa con las víctimas que dejan atrás estos niños? La justicia llega para esas víctimas en esos líderes que permitieron a los niños ser abusados.

Si se decide procesar a una persona menor de edad, se deben respetar ciertas garantías. Sentencias como la pena capital o la pena de muerte, deben quedar fuera de las posibilidades en un juicio a un menor. Existe la posibilidad de luchar a nivel internacional por un claro estándar que prohíba juzgar o procesar a niños menores de 18 años.

A los niños debería permitírseles participar como testigos contra los perpetradores. La cuestión es cómo hacer esto. Mucha gente cree que los niños mienten o no entienden del todo lo que sucede y lo cierto es que ellos entienden y son capaces de articular lo que les ha pasado. Hay que lograr que se sientan cómodos para que sean capaces de dar su testimonio. Para esto también hay que trabajar con los jueces para que sepan cómo tratar a los niños, enseñarles a no hacer que los niños se sientan intimidados.

Las niñas sufren violaciones especiales que hacen que su sufrimiento sea casi siempre, peor. Embarazos, violaciones y abusos sexuales, son algunas de las situaciones a las que se enfrentan estas niñas.

Lo tristemente cierto es que los perpetradores de este tipo de violencia infantil, rara vez son llevados ante la justicia.

Nomadismo




La vida del nómada es a menudo criminalizada y rara vez es comprendida. Sin embargo, llevo cerca de 1 año viviendo relativamente estable en algunos entornos, pero moviéndome con bastante frecuencia a ojos del sedentarismo que caracteriza a algunos en este mundo y debo decir que estoy contenta.

Es difícil, pero es tan enriquecedor llegar a un lugar sabiendo que hay que aprovecharlo porque el camino sigue, porque la carretera no se ha terminado. Se aprende mucho, se conoce mucho, surgen mecanismos de adaptación, de absorción. Se abren los ojos bien grandes pero también se aprende a desconectar, a dormir durante horas y horas, a descansar porque se sabe que el nomadismo cansa, pasa factura.

Nomadismo mezclado con sedentarismo a ratos, actividad, lectura e incluso de vez en cuando, hasta cae algún viaje.

Cierto es que no puedo quejarme. En un mundo donde muchos no pueden vivir así, yo vivo así por puro placer. Afortunada entre los seres vivos de este planeta soy y también he aprendido a valorarlo. Debo decir que vivir como nómada el levantamiento global ante una crisis que nos es ajena, está convirtiéndose en mi mejor resistencia.

Dejad que vuestro espíritu aventurero os empuje a seguir adelante y descubrir el mundo que os rodea con sus rarezas y sus maravillas. Descubrirlo será amarlo. (Kahlil Gibran)